Vacone
Un pueblo característico mágicamente exaltado por una vista impresionante y envuelto en una atmósfera de silencio y tranquilidad, donde el tiempo parece detenido en la Edad Media.
POBLACIÓN
245
SUPERFICIE
9,1 km²
ALTITUD
517 m
Dónde está?
Vacone es un pequeño pueblo que se eleva 512 m. sobre el nivel del mar, en una cresta de los Monti Sabini. El territorio, que abarca poco más de 9 kilómetros cuadrados. Está poblado por unos 235 habitantes. Vacone es famoso por su exclusivo restaurante llamado "Solo per Due", en realidad el restaurante más pequeño del mundo, ya que tiene una sola mesa y sólo acepta dos invitados por comida.
¿Qué ver?
Justo antes de entrar al pueblo los visitantes son recibidos por una antigua fuente alimentada por los manantiales del Collalto. La puerta de entrada al pueblo está coronada por una torre, único resto de las antiguas murallas del castillo, caracterizada por un reloj y el escudo de piedra de la última familia feudal de los Vacone, Marini Clarelli, aún visible sobre el arco de la puerta. Cruzando la puerta que conduce al antiguo pueblo de Vacone, inmediatamente a la derecha, al final del primer tramo de escaleras, se encuentra la llamada Terrazza della Sabina, un balcón que ofrece una vista impresionante del Monte Soratte, los Monti Cimini y también Roma, en días claros. También merece la pena visitar la iglesia parroquial de San Giovanni Evangelista, construida en el siglo XII sobre las ruinas del templo dedicado a la diosa Vacuna (Fanum Putre Vacunae) y renovada en el siglo XVIII. El culto a la diosa sabina Vacuna, del que deriva el nombre de Vacone, fue introducido por Numa Pompilio, rey de origen sabino, y fue especialmente sentido por los romanos. De hecho, Vacuna era considerado el protector de quienes se dedicaban al ocio del campo con el fin de refrescar el espíritu y tonificar las fuerzas. Una especie de protector, por tanto, del slow-tourism ante litteram. El Castillo de Vacone, visible sólo desde el exterior, es uno de los principales atractivos del pueblo. En el interior del jardín del castillo destaca la encina centenaria de Vacone, uno de los árboles monumentales de Sabina. El itinerario termina llegando al Pago, el mágico bosque sagrado, ya celebrado por Plinio y especialmente apreciado por los habitantes de Vacone por albergar, aún hoy, la mayoría de las fiestas del pueblo.