Monteleone Sabino
Un pueblo encantador situado en un territorio rodeado de naturaleza y rico en historia y leyendas.
POBLACIÓN
1.236
SUPERFICIE
18,8 km²
ALTITUD
496 m
Dónde está?
Monteleone Sabino, con 1.231 habitantes, se eleva 496 m. sobre el nivel del mar y ocupa una superficie
de 19 kilómetros cuadrados, en las estribaciones meridionales de los Monti Sabini. El pueblo medieval
se desarrolla a lo largo de la cresta de una colina, rodeado de un paisaje virgen por excelencia
atravesado por el río Farfa.
¿Qué ver?
Caminar por las calles de Monteleone Sabino permitirá a los visitantes descubrir sus elementos
medievales tempranos. Del castillo del siglo XI sólo quedan hoy las torres cuadradas con la puerta de
acceso (Porta Pica) y las ruinas de su imponente torre del homenaje. El pueblo medieval aún conserva
las características callejuelas que muestran algunos hallazgos de la época romana. No te pierdas una
visita a la iglesia parroquial de San Giovanni Evangelista, que data del siglo XV y reconstruida en estilo
neoclásico en 1770. La iglesia aún conserva el portal original con decoraciones de la época romana. El
Museo Cívico Arqueológico conserva importantes hallazgos de Trebula Mutuesca, una antigua ciudad
sabina. El itinerario expositivo, que abarca desde la época prerromana hasta la romana, muestra
importantes hallazgos escultóricos y cerámicos procedentes de excavaciones arqueológicas. No muy
lejos del centro histórico se encuentra la principal atracción de Monteleone: el majestuoso Santuario
románico de Santa Vittoria, erigido sobre una colina y rodeado por un espacio ajardinado. Desde el
punto de vista arquitectónico y artístico son muy interesantes el interior y el campanario. No muy lejos
de la iglesia de Santa Vittoria, los visitantes pueden ver los imponentes restos del anfiteatro de Trebula
Mutuesca, que data aproximadamente de la primera mitad del siglo II y que han salido a la luz gracias a
las excavaciones arqueológicas iniciadas en los años 50 y continuadas a partir del año 2000. hasta
nuestros días, lo que permitió reconstruir el pórtico de entrada al templo y descubrir una galería bajo la
arena, cubierta por una bóveda de cañón (hoy derrumbada) y accesible a través de un largo corredor
hipogeo. Las excavaciones también sacaron a la luz una sala semicircular caracterizada por una gran
hornacina rectangular y una serie de repisas de piedra caliza que quizás sostenían una estructura de
madera, sin embargo este sitio arqueológico no puede ser visitado, por el momento, debido a obras en
progreso, pero está solo visible desde el exterior.