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Micigliano

El pequeño pueblo de Micigliano, dominado por el monte Terminillo, está enclavado entre las gargantas del Velino. Conectado aguas arriba con la panorámica Sella di Leonessa, su municipio incluye también la antigua Abadía de los Santos Quirico y Giulitta situada aguas abajo a lo largo de la Via Salaria.

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POBLACIÓN

115

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SUPERFICIE

37,8 km²

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ALTITUD

925 m

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Dónde está?

Con sus 130 habitantes, Micigliano es uno de los municipios más pequeños de la provincia de Rieti. Se encuentra en la vertiente oriental de Terminillo: su perfil se divisa entre las montañas desde la carretera estatal que lleva a L'Aquila, en el tramo que serpentea por encima de Antrodoco.

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Sus orígenes

La primera mención de Micilianus se remonta a mediados del siglo X, en un documento que recuerda cómo, en el año 943, la Abadía de Farfa adquirió unas tierras "in locus qui nomatur Micilianus". Su fundación probablemente se debe a los habitantes del castillo de Vischiata. Posteriormente pasó a formar parte de las posesiones de la Abadía de los Santos Quirico y Giuditta, cuyos territorios fueron ocupados en 1229 por Federico II de Suabia. Seguramente ya en el siglo XIV Micigliano existía como ciudad fortificada que incluía una iglesia parroquial. Posteriormente, el pueblo corrió la misma suerte que los pueblos vecinos, pasando a la órbita de las familias Orsini y Colonna hasta ser incluido en el Reino de Nápoles. El feudo eclesiástico fue abolido a principios del siglo XIX. Durante los nueve años de dominio francés, de 1806 a 1815, Micigliano se convirtió en municipio libre dentro de la provincia de Abruzzo Ulteriore II, distrito de Cittaducale. Con la Restauración el pueblo volvió al dominio borbónico. En 1860, con la Unificación de Italia, el pueblo pasó a formar parte de la provincia de L'Aquila, donde permaneció hasta 1927, cuando pasó a la recién creada provincia de Rieti. El 28 de marzo de 1928, el municipio de Micigliano fue anexado al municipio de Antrodoco, pero recuperó el estatus de organismo autónomo después de la guerra, en 1947.

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¿Qué ver?

Micigliano tiene un centro histórico bien conservado, cuyas calles convergen hacia la plaza central, dominada por la iglesia parroquial de San Biagio. Sin embargo, los habitantes de Micigliano están especialmente vinculados a la iglesia de San Lorenzo, situada aguas arriba del pueblo. Cuenta la leyenda que, en la antigüedad, una violenta tormenta de verano arrasaba los cultivos de trigo, por lo que el pueblo invocó a San Lorenzo y milagrosamente, en un cerro sobre el pueblo, la cosecha se salvó y se encontró intacta. La comunidad eligió a San Lorenzo como patrón de Micigliano y erigió una iglesia en su honor en los campos del milagro. La iglesia es un pequeño edificio de una sola nave que conserva detrás del altar un fresco que representa al diácono Lorenzo sosteniendo la reja, símbolo del martirio, flanqueado por San Esteban. Aguas abajo, prácticamente a la entrada de las gargantas del Velino, se encuentra la imponente Abadía de los Santos Quirico y Julia, fundada por los monjes benedictinos en la primera mitad del siglo X, aunque sólo se dispone de más información de los siglos XI y XII. La estructura, renovada en los años 1990 con fondos públicos, todavía muestra su estructura fortificada, con murallas y un campanario que también sirve como torre de vigilancia. El imponente Monte Terminillo ejerce un fuerte atractivo, especialmente para excursionistas y esquiadores. Desde Micigliano, siguiendo una carretera directa reabierta en los años 2000, se puede llegar tanto al refugio Sebastiani como a la Sella di Leonessa.