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Borbona

Pueblo conocido en toda la provincia por su famosa “judía” que nos recuerda sus antiguos orígenes agrícolas y pastoriles.

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POBLACIÓN

614

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SUPERFICIE

46,5 km²

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ALTITUD

760 m

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Dónde está?

Borbona, situada a 44 km. Lejos de Rieti, y habitado por menos de 600 personas, se eleva a 760 metros sobre el nivel del mar y se extiende por unos 12 kilómetros cuadrados.

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Sus orígenes

El origen de su topónimo es incierto. Según la tradición local, podría derivar del “Colle Borbona”, colina sobre la que supuestamente se construyó la ciudad, o del nombre del líder de los Macchialonesi, fundadores de un castillo cerca del pueblo. En 1906, en el término municipal se identificaron restos de varios asentamientos romanos, lo que parece refutar la hipótesis de que Borbona ya estuviera habitada en aquella época, aunque se menciona, por primera vez, en una bula dictada en 1153 por el Papa Anastasio IV. Borbona estuvo inicialmente incluida en el ducado lombardo de Spoleto y luego pasó a formar parte del Reino de Nápoles hasta el siglo XIV cuando, por concesión del rey Carlos II de Anjou, fue anexada al condado de L'Aquila. A principios del siglo XVI se convirtió en feudo y quedó bajo el poder del capitán español Pedro de Yicis hasta 1570 cuando fue comprado por Margarita de Austria, hija del emperador Carlos V. Tras la muerte del soberano, Borbona fue heredada por la familia Farnesio hasta principios del siglo XVIII, cuando quedó bajo el dominio de la dinastía borbónica. En 1703 un violento terremoto devastó la zona y dañó gravemente el patrimonio histórico-arquitectónico de Borbona, destruyendo la Iglesia Parroquial, reconstruida en 1737 y famosa por su espléndida cruz procesional de plata dorada, repujada y adornada con bellos esmaltes policromados, recientemente trasladada al Museo Diocesano de Rieti.

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¿Qué ver?

Visitando Località La Lama, encontramos la monumental iglesia parroquial de la Santa Cruz y la preciosa Iglesia de Santa Ana. El interior de la iglesia parroquial se enriquece con el altar barroco del siglo XVIII y la espléndida imagen de la patrona de la localidad, Santa Restituta. Además de numerosas pinturas que datan de los siglos XVI y XVII, la iglesia conserva un importante relieve, probablemente procedente de la antigua iglesia medieval. En la fachada exterior hay un relieve de finales del siglo XVI que representa a Baubo, procedente de una fuente de la fortaleza. De gran importancia es la iglesia de Santa Ana, que sobrevivió al terremoto del siglo XVIII. Fue construido a finales del siglo XV y luego decorado y amueblado, dos siglos más tarde, con altares de madera. Recientemente ha salido a la luz un fresco que representa a San Antonio de Padua y San Rocco, que documenta la tradición franciscana local. Junto a la iglesia todavía se puede ver el convento del siglo XVII, hoy inutilizable. Río abajo, otras dos iglesias aún conservan varios recuerdos importantes: la Iglesia de San José muestra algunos sugerentes restos medievales de las iglesias desaparecidas, junto con una estatua de terracota de Nuestra Señora, atribuida a Carlo dell'Aquila, que data de principios de siglo, y el “Ecce Homo” de Ludovico Carracci. En la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del siglo XVI, restaurada en 1800, detrás de los altares se encuentra una pintura atribuida a Vincenzo Manenti y su taller. En el campo que rodea la localidad sobreviven tres pequeñas iglesias rurales, la Iglesia de la Santa Cruz alla Pineta, la de San Miguel Arcángel y la de Santa Restituta, lugar de devoción de los borboneses que, en 1637, contribuyeron a su restauración mediante una recaudación de fondos públicos.